Se supone que a estas alturas del viaje ya deberías saber
quién eres, hacia dónde vas, cómo lo vas a hacer y cuál es tu plan de
pensiones. Se supone que todo eso lo debes saber y la casa en la que vives es
donde se supone, celebrarás las cenas Navideñas los futuros veinte años.
Se supone que estás en disposición de hacer un estupendísimo viaje al año a otro continente con la persona que amas, pasarlo maravillosamente bien y regresar para celebrar con una barbacoa algo, cualquier cosa, pero con barbacoa.
Se suponen muchas cosas.
Y te ves trabajando horas frente al ordenador con dos pares de leotardos, tres pares de calcetines, cuatro jerséis y una bufanda para no encender la calefacción de tu maravillosa morada unipersonal con ambiente bucólico de cabaña de montaña. Sientes que conquistas el mundo cuando consigues cruzar el límite en donde aparece el cartelito “Hasta pronto Madrid”. Vas al supermercado con cinco euros en la cartera. Cruzas la ciudad andando ida y vuelta a todas partes porque viajar en transporte público es como decir "Tengo tierras y viñedos, por eso viajo en bus con abono transporte. Y tú, no"
Francamente la crisis económica, los ciclos premenstruales, la llegada de la madurez, las decepciones humanas…todo se queda corto, muy corto…comparado con el vacío existencial infinito que provoca el que se ponga a llover sin parar y no seas capaz de arrancarte del sofá para salir de casa.
(Ilustración: VidaFrida)
Se supone que estás en disposición de hacer un estupendísimo viaje al año a otro continente con la persona que amas, pasarlo maravillosamente bien y regresar para celebrar con una barbacoa algo, cualquier cosa, pero con barbacoa.
Se suponen muchas cosas.
Y te ves trabajando horas frente al ordenador con dos pares de leotardos, tres pares de calcetines, cuatro jerséis y una bufanda para no encender la calefacción de tu maravillosa morada unipersonal con ambiente bucólico de cabaña de montaña. Sientes que conquistas el mundo cuando consigues cruzar el límite en donde aparece el cartelito “Hasta pronto Madrid”. Vas al supermercado con cinco euros en la cartera. Cruzas la ciudad andando ida y vuelta a todas partes porque viajar en transporte público es como decir "Tengo tierras y viñedos, por eso viajo en bus con abono transporte. Y tú, no"
Francamente la crisis económica, los ciclos premenstruales, la llegada de la madurez, las decepciones humanas…todo se queda corto, muy corto…comparado con el vacío existencial infinito que provoca el que se ponga a llover sin parar y no seas capaz de arrancarte del sofá para salir de casa.
(Ilustración: VidaFrida)
A mí me pasa lo contrario, tengo que luchar contra mí misma para no salir corriendo de casa, incluso lloviendo a mares. Y eso que adoro mi sofá. :)
ResponderEliminarTú eres mi antagónica. Esto es un hecho. Antagónicas bien avenidas.
Eliminar¿Quién impuso esas suposiciones? Pregunto, porque nunca coincidieron con mis ritmos. Claro que a lo mejor eso explica otras muchas cosas.
ResponderEliminarEn casa la calefacción es asifxiante, y eso que sólo hay que cruzar el río.
A mi me provoca un vacío existencial infinito el llorar con Toy Story 3 como si no hubiese mañana...
Creo que definitivamente es premenstrual, pero con falsete, ¡Premenstrual!
¿Cuando se dan la manita a punto de ser abrasados por las llamas? también lloré como si tuviese un hijo en la carcel...
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